Javier
Minniti
Espécimen
raro es el Estadígrafo del fútbol, bicho extraño. Ratón de hemeroteca, metódico,
minucioso, exigente, intenta convertir su obsesión en oficio, lleva la mitad de
su vida buscando datos y la otra mitad justificando a otros y a él mismo su
empecinamiento. Es autodidacta, no hay una escuela, carrera o tutorial que le
diga cómo realizar esta tarea, por dónde empezar o cómo seguir, es todo
intuición en un camino que tiene más decepciones que alegrías, que siempre
termina convirtiéndose en una enorme bola de nieve (un dato nuevo lleva a otro
y así sucesivamente) que rueda pendiente abajo, creciendo y creciendo sin saber
cuándo se detendrá, la pendiente suele ser infinita.
Acumulador
compulsivo, al Estadígrafo todo le sirve, revistas, periódicos, fotos,
recortes, libros, planillas de alineaciones, camisetas, nada se tira, todo se
guarda, todo, absolutamente todo es “coleccionable”, junta su pequeño tesoro y lo
resguarda incluso generándole problemas, porque en su casa la madre quería botarle
toda “esa basura”, luego la esposa recriminándole por “guardar papeles”, cuando
busca casa visualiza su cuarto adicional en donde pasará la mayor parte del
tiempo, en dónde podrá aislarse de los reclamos hogareños con la eterna promesa
de que va acomodar todo eso; construye su fortaleza, su espacio, la manía le
termina ganando, porque todo lo que atesora es sagrado.
El Estadígrafo
anota, escribe, suma, resta, en su computadora tiene cientos de documentos Excel
con innumerables datos, nominas, nombres, fichas técnicas, lista de partidos y
goles, en su espacio de trabajo está rodeado de torres de libros, revistas, periódicos
y carpetas, mucho papel que algún día digitalizará para tenerlo todo en su
computador, pero aunque lo haga ese olor a papel y tinta es atrapante, en su
revisión diaria vuelve a leer un artículo que se lo sabe de memoria, lo está
repasando por vigésima ocasión, lo devora como si fuera la primera vez. Revisa mucho,
es fuente permanente de consulta de periodistas amigos y otros que lo llamaran
por única vez, porque “tiene el dato”, también es parte de ese programa de
radio o de la tertulia de café/bar en dónde cuándo el tema es fútbol saldrá con
ese dato que nadie tiene, asombrará a propios y extraños con esa capacidad de
recordar una fecha, un gol, un partido, un jugador. Ese mismo individuo que se
sigue emocionando con cada hallazgo, con cada descubrimiento, con ese dato
perdido por años, ese gol que nadie tenía, la alegría de saberse útil para su
entorno, de que va a dejar algo para los que vienen atrás y empiezan en esta
labor, dejar un camino andado y con más información a mano de la que él llego a
tener cuándo comenzó.
En su
ingenuidad el Estadígrafo pensó vivir de esto, porque recopilar información de
un equipo, una liga o una selección lleva tiempo y dedicación, tiempo que no se
puede acomodar a conveniencia porque muchas veces los sitios en donde se
consigue información la misma está disponible en horarios laborales, pero el Estadígrafo
es terco, no deja de soñar que recibirá retribución económica que le permita
estar haciendo esto que le gusta en los horarios en que se supone debería estar
“trabajando” en otra cosa. Dentro de su mente hay libros por escribir, artículos
por publicar, tantas cosas para contar, a veces choca con la realidad del desinterés,
cae en cuenta que no todos los datos emocionan a los demás como a él, pero
insiste y persiste, porque te explicara, contará y dará todo el contexto para
entender la trascendencia de cada nuevo dato que se descubre.
Pero dejemos
de “idealizar” al oficio del Estadígrafo, porque hay una subespecie que merece
nuestro mayor reconocimiento y es el Estadígrafo del Fútbol Venezolano, porque
a este le tocó muy duro, el trabajo del Estadígrafo del Fútbol Venezolano tiene
100 dificultades más en relación a colegas de otros países, esto en parte (y
como consecuencia) por la poca cultura futbolística de Venezuela, que nos dejó
como herencia escasa información, es sobremanera difícil conseguir en los
diarios de antes fichas técnicas de partidos, muchas veces hasta resultados,
goleadores y minutos, reconstruir la historia del fútbol Venezolano desde 1921
hasta 2005 ha sido una labor titánica, a la altura de cualquier trabajo de
investigación detectivesca, seguir pistas, buscar en 2 o 3 fuentes distintas,
corroborar, muchas veces conseguir en 4 periódicos el mismo partido con
informaciones distintas, y con cada alegría, por cada dato obtenido venía la
desazón de qué en la siguiente búsqueda faltaría alguna información, porque esa
publicación no circuló en esa fecha, no tuvieron corresponsal, el cierre de la
edición fue antes de la finalización del partido, etc., una larga lista de
posibilidades que atentan contra el ritmo de recopilación que se requiere y
desea.
Pero más
allá de abandonar, el Estadígrafo del Futbol Venezolano seguirá en su búsqueda de
información, de completar los datos, de no descansar hasta tener el último partido,
el anotador de un gol y los minutos de los tantos. Pero a cada solución 10
inconvenientes más, porque además el Futbol Venezolano tiene particularidades
como aparición y desaparición de equipos, mudanzas, cambios de nombres,
fusiones, un sinfín de acciones que involucran a los equipos y que hacen sumamente
complicado conectar líneas de continuidad histórica entre las instituciones. Lo
que sucede es que el Estadígrafo también es honesto, sobre todo con el mismo,
no inventará un dato, no se engañará ni pretenderá engañar a su público, no “acomodará”
una fecha o minuto a su conveniencia, preferirá dejar ese espacio “pendiente”
hasta que pueda conseguir la información.
Todos estos
inconvenientes no solo han sido con el fútbol profesional, pasa con las otras
divisiones del balompié organizado, las selecciones nacionales en todas sus
categorías y ramas, torneos internacionales de clubes y selecciones. Con la
llegada del Internet hoy es mucho más fácil acceder a mucha información y por
lo menos en los últimos 20 años la cobertura del Fútbol en el país mejoró y hay
mucha más data disponible en línea, el problema es todo lo que ocurrió antes,
ese periodo de 80 años (aproximadamente) que se viene recopilando.
Hoy contamos
con otras posibilidades gracias a la tecnología, el crecimiento de las redes de
contacto con Estadígrafos de otros países, contrastación de información y el
redescubrimiento de muchos datos de nuestros equipos y selecciones gracias a
las crónicas periodísticas de otros países que enfrentamos o en los que jugaron
nuestros equipos.
En
Venezuela contamos actualmente con un grupo de personas que han querido
profesionalizar este oficio del Estadígrafo, organizados bajo la figura de la
Asociación de Historia y Estadística del Fútbol Venezolano e integrantes del
Grupo de Estadígrafos del FutVe, personas dedicadas a recopilar información
valiosa de la historia del Fútbol Venezolano, de llenar páginas de records e historias
de nuestro balompié tanto en torneos locales, internacionales y de selecciones
nacionales. No ha cambiado mucho la forma de llevar este “trabajo”, siguen
siendo vocaciones individuales que usan su tiempo libre para continuar con la
tarea de sumar cada día más y más datos para consumo y deleite de quienes los
siguen y leen, por eso, si usted amable lector, es aficionado a este tipo de
contenido le damos las gracias por tomarse unos minutos para leer el trabajo
desarrollado por cada uno, si además lo comparte, comenta y lo usa en otros
trabajos o reportajes le agradecemos que le de los créditos que correspondan al
Estadígrafo que desinteresadamente hizo la investigación.
Esto
es a pulmón y mucha voluntad, de sacrificar algunas cosas personales para poder
completar la base de datos que mañana nutrirá toda la información que se
consumirá, a todos ellos, los Estadígrafos del Mundo, a los de Latinoamérica y
en especial a los de Venezuela todo el mayor reconocimiento, nuestras palabras
de apoyo y aliento para que sigan con esta noble tarea de recopilar y cuidar la
historia los datos y las estadísticas de este deporte que nos apasiona.