lunes, 6 de octubre de 2025

Un monstruo incontrolable

Javier Minniti 


Luego de varios días viendo en redes la confrontación y los "ataques" de lado y lado con el tema Soteldo y los Medios de Comunicación Venezolanos, me tomo unos minutos para esta reflexión/crítica sobre el asunto.

​El comunicador puede, cada vez que lo considere (dentro del respeto y el cuidado de las formas), emitir una crítica sobre el rendimiento de un jugador: en un partido, en varios encuentros, en una temporada o en su carrera. También sobre comportamientos previos o posteriores a los partidos que no son acordes a su actividad. También es parte del "trabajo" del deportista aprender a asumir las consecuencias de sus actos y recibir las críticas (aunque no las comparta). De igual manera, es su derecho refutar y contestar cada vez que lo considere conveniente, pero también debe hacerlo con respeto y sin caer en el terreno de las descalificaciones o los insultos.

​No pretendo justificar, pero en este tema de Soteldo existe una gran responsabilidad de los comunicadores sociales de Venezuela quienes, durante años, han "endiosado" a los jugadores. Durante mucho tiempo evitaron una crítica o señalamiento, e incluso muchos de estos comunicadores salieron a atacar (no a defender al jugador) a cualquier otro que hubiera osado criticar a los "divos de la Vinotinto".

​Hoy, tras la eliminación del Mundial 2026, muchos comunicadores salieron a hacer señalamientos sobre los rendimientos de varios jugadores. Comenzaron a exponer falencias y detalles de bajo rendimiento que venían de antes, pero que ellos mismos evitaron señalar voluntariamente en sus medios cuando pudieron hacerlo. Aplaudieron como focas los malabares circenses de pararse sobre una pelota, los mismos que en 2017 extasiados pensaban que ser patoteros en una cancha o en un hotel era un signo de rebeldía en el fútbol, porque con el "somos los que flinchy" se priorizaba la actitud de ser mejores en fútbol que jugar con la pelota en los pies.

​Entonces, cuando hoy quieren criticar y señalar buscando a otros responsables más allá del extécnico de la selección (que ya bastante palo le dieron), se encuentran con asombro que aquellos a quienes quieren criticar les responden, se alzan y los atacan. Pero ustedes son los que crearon esos monstruos y ahora quieren sentar posición ante la opinión pública del país futbolero, disfrazando de "objetividad" años de alcahuetería sostenida en el tiempo. Ustedes hicieron creer que muchos de estos jugadores eran intocables y ahora ustedes mismos no pueden controlar los ataques de lo que crearon.

​Y dirá alguno: "¿Pero estos jugadores no aguantan una crítica?" Claro que la aguantan. Muchos de ellos viven en países en los que hay decenas de programas radiales, televisivos, páginas web, pódcast, etc., que hablan permanentemente de sus actuaciones, que los critican, y muchas veces de forma bastante subida de tono. Pero fue así desde que llegaron, aceptan convivir con eso, lo entienden como parte de la dinámica y saben vivir con eso.

​Ajá, ¿y en Venezuela por qué no? Porque les hicieron creer que estaban por encima de todo. Porque cuando los tenían enfrente, en vez de hablar de fútbol o realizar análisis críticos, disfrazaban la derrota con "el árbitro", "el terreno de juego", "la altura". Perdimos 3-0 con Argentina, anulan 2 goles, fuimos deficientes en la defensa, hipotecamos la clasificación y, en zona mixta, agarran al arquero y le preguntan: "Pese a los goles recibidos y haber perdido, ¿tuviste una destacada actuación individual?" Cuando se pierde de esa manera nadie se salva; perdieron todos: los que jugaron, los que no entraron y todo el cuerpo técnico.

​Tuvieron la posibilidad de ser críticos, objetivos, de ayudar a crecer el fútbol desde impartir conocimiento al público, pero decidieron ser "porristas" de celebrar los chistes y de mirar para otro lado cuando las cosas salían mal. Repitieron como loros en una racha de nueve partidos seguidos sin ganar en esta Eliminatoria (5 empates y 4 derrotas) lo que decía el técnico: "el próximo partido es el más importante".

Jugaron a tapar el desastre deportivo y de resultados que traíamos, engañaron al público cuando cambiaron el discurso de la clasificación directa al: "el objetivo fue siempre el repechaje". Pasaron 18 jornadas y nos quedamos sin nada.

​Ahora no se hagan los ofendidos ni las víctimas cuando quieran criticar a un jugador y este les responda y lo haga mal, con altanería y soberbia, porque ustedes crearon esto. Malcriaron a sus hijos y ahora no los pueden controlar.

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